Hay muchos estudiantes que se han quedado a la mitad del camino, entre el bachillerato y la universidad, porque no pudieron completar satisfactoriamente algunas pruebas o materias del conocimiento.
Es el caso, por ejemplo, de unos veinte mil alumnos que por tener asignaturas pendientes de pasar en las pruebas nacionales se han quedado estancados en su proceso de formación.
Pero ahora, en una medida oportuna, justa y atinada, el Ministerio de Educación ha decidido darles una oportunidad para que aquellos que están rezagados desde 1994 hasta el 2006, tomen unos cursos para refrescar lo aprendido y luego se sometan a un examen especial.
Esta iniciativa puede ayudar a salvar el destino de tantos jóvenes que tal vez por desinterés en una o dos materias se descuidaron y no obtuvieron las puntuaciones requeridas para pasar las pruebas nacionales, o porque al quedar impedidos de avanzar por una sola materia pendiente abandonaron finalmente sus estudios.
La novedad que tiene la medida del Ministerio de Educación es que, en tanto flexibiliza las normas para facilitar la oportunidad de aprendizaje de los estudiantes, crea una modalidad de cursos especiales de reforzamiento que deberían mantenerse para que, una vez terminadas las pruebas nacionales, los descalificados encuentren de inmediato la oportunidad de superar sus malas calificaciones asistiendo a ellos.
En el pasado reciente, Educación también flexibilizó su actitud para permitir a estudiantes que estaban objetando y denunciando las calificaciones de los profesores, someterse de nuevo a las pruebas nacionales, y el resultado fue que una buena parte de ellos obtuvo las calificaciones positivas y hoy han podido avanzar en los diferentes cursos de ese nivel, o ya han tocado las puertas de nuestras universidades o centros técnicos especializados.
No los perdimos por completo gracias a este pie de amigo que Educación les ha dado.
Es el caso, por ejemplo, de unos veinte mil alumnos que por tener asignaturas pendientes de pasar en las pruebas nacionales se han quedado estancados en su proceso de formación.
Pero ahora, en una medida oportuna, justa y atinada, el Ministerio de Educación ha decidido darles una oportunidad para que aquellos que están rezagados desde 1994 hasta el 2006, tomen unos cursos para refrescar lo aprendido y luego se sometan a un examen especial.
Esta iniciativa puede ayudar a salvar el destino de tantos jóvenes que tal vez por desinterés en una o dos materias se descuidaron y no obtuvieron las puntuaciones requeridas para pasar las pruebas nacionales, o porque al quedar impedidos de avanzar por una sola materia pendiente abandonaron finalmente sus estudios.
La novedad que tiene la medida del Ministerio de Educación es que, en tanto flexibiliza las normas para facilitar la oportunidad de aprendizaje de los estudiantes, crea una modalidad de cursos especiales de reforzamiento que deberían mantenerse para que, una vez terminadas las pruebas nacionales, los descalificados encuentren de inmediato la oportunidad de superar sus malas calificaciones asistiendo a ellos.
En el pasado reciente, Educación también flexibilizó su actitud para permitir a estudiantes que estaban objetando y denunciando las calificaciones de los profesores, someterse de nuevo a las pruebas nacionales, y el resultado fue que una buena parte de ellos obtuvo las calificaciones positivas y hoy han podido avanzar en los diferentes cursos de ese nivel, o ya han tocado las puertas de nuestras universidades o centros técnicos especializados.
No los perdimos por completo gracias a este pie de amigo que Educación les ha dado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario