Guillermo Tejeda Kranwinkel, EPD
Cuando el cortejo fùnebre partía hacia el cementerio, ví los pájaros volar y desaparecer en la distancia.
Las nubes, como envueltas en un frenesí, se desmoronaban con los vientos que soplaban camino al camposanto de San Cristóbal, donde reposarían para siempre los restos del joven oficial del Ejército, Guillermo Tejeda Kranwinkel, adscrito a la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD).
Con su vil asesinato, no se acribilló solo el corazón joven de un correcto oficial que cumplió con su deber, sino que también se logró lastimar en los mas hondo a toda una familia, a toda una institución, a toda una sociedad que aspira a mejores estándares de seguridad.
La presencia masiva de personas de todos los estratos sociales del paìs, allì, donde fueron velados los restos de Guillermito, son una clara demostraciòn solidaria de todo un pueblo harto de los delincuentes que salen a matar. De los que han elegido el camino del terror y de la sangre ajena para hacer festìn entre sicarios y patrones de sueldos y horcas.
Y no podemos permanecer silentes, ajenos, como inocentes observadores de lo que otros sufren, no, debemos unirnos todos, insistir, como lo hemos hecho en Villa Altagracia, en que es una irremediable necesidad nacional aunar voces y voluntades para parar de cuajo una espiral ascendente que se cierne contra todos, contra periodistas comprometidos con la verdad y la seguridad ciudadana, contra policìas y militares que no se venden ni negocian con los narcotraficantes, de los hijos de esta nación que desean, quieren y luchan por una mejor República Dominicana..., y no nos queda mas que sumarnos al dolor, a la solidaridad con nuestro hermano de siempre, Guillermo Tejeda Báez y con su familia, con la Dirección Nacional de Control de Drogas y su titular, el mayor general Rafael Radhamés Ramírez Ferreira, con la familia del canal RNN y de su director general, el solidario amigo Nelson Guillén, y con ello, con todos aquellos que al igual que el suscribiente, estamos decididos a echar el pleito para que los asesinos y sicarios que nos amenazan con robarnos la existencia, sean extirpados del seno de esta tierra que ya no soporta mas dolor, sangre inocente y rabias contenidas por la impotencia que a veces nos abate y... EPD, Guillermito, solo esperamos que algùn dìa podamos honrar tu sacrificio.
Cuando el cortejo fùnebre partía hacia el cementerio, ví los pájaros volar y desaparecer en la distancia.
Las nubes, como envueltas en un frenesí, se desmoronaban con los vientos que soplaban camino al camposanto de San Cristóbal, donde reposarían para siempre los restos del joven oficial del Ejército, Guillermo Tejeda Kranwinkel, adscrito a la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD).
Con su vil asesinato, no se acribilló solo el corazón joven de un correcto oficial que cumplió con su deber, sino que también se logró lastimar en los mas hondo a toda una familia, a toda una institución, a toda una sociedad que aspira a mejores estándares de seguridad.
La presencia masiva de personas de todos los estratos sociales del paìs, allì, donde fueron velados los restos de Guillermito, son una clara demostraciòn solidaria de todo un pueblo harto de los delincuentes que salen a matar. De los que han elegido el camino del terror y de la sangre ajena para hacer festìn entre sicarios y patrones de sueldos y horcas.
Y no podemos permanecer silentes, ajenos, como inocentes observadores de lo que otros sufren, no, debemos unirnos todos, insistir, como lo hemos hecho en Villa Altagracia, en que es una irremediable necesidad nacional aunar voces y voluntades para parar de cuajo una espiral ascendente que se cierne contra todos, contra periodistas comprometidos con la verdad y la seguridad ciudadana, contra policìas y militares que no se venden ni negocian con los narcotraficantes, de los hijos de esta nación que desean, quieren y luchan por una mejor República Dominicana..., y no nos queda mas que sumarnos al dolor, a la solidaridad con nuestro hermano de siempre, Guillermo Tejeda Báez y con su familia, con la Dirección Nacional de Control de Drogas y su titular, el mayor general Rafael Radhamés Ramírez Ferreira, con la familia del canal RNN y de su director general, el solidario amigo Nelson Guillén, y con ello, con todos aquellos que al igual que el suscribiente, estamos decididos a echar el pleito para que los asesinos y sicarios que nos amenazan con robarnos la existencia, sean extirpados del seno de esta tierra que ya no soporta mas dolor, sangre inocente y rabias contenidas por la impotencia que a veces nos abate y... EPD, Guillermito, solo esperamos que algùn dìa podamos honrar tu sacrificio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario