Sergio vive uno de sus mejores momentos artísticos y muestra de ello es que en el fin de semana viajó en vuelo charter hasta Venezuela, donde fue a hacer una presentación y luego fue trasladado en el mismo avión que para conocimiento de todos fue enviado por su cliente y en esa misma nave debió llegar también a Curazao, y luego traerlo de vuelta a Santiago para cumplir con algunos compromisos. Y es que el “diputado que canta”, dice estar más sólido que nunca en su carrera y pone como prueba de ello el que cada semana realiza por lo menos cinco presentaciones.
“Soy uno de los pocos que vive del espactúlo todavía y que semanalmente tengo hasta cinco bailes, todavía ningún cliente ha tenido problemas en cualquier negocio que hace conmigo de que no recuperó la inversión”.
“El negrito de Villa”, fue crítico al referirse a otros colegas artistas que sólo publicitan las victorias y no las derrotas a los que se enfrenta cualquier figura a lo largo de su trayectoria.
“Yo me paso el año entero trabajando y haciendo muchas presentaciones, aquí y fuera del país, eso es una realidad, y sin embargo, no cacareo tanto mi trabajo”, cuenta Vargas que al parecer es una “norma” de estos tiempos “cacarear más lo que se hace, pero es que siento que tengo una edad en el medio que me ha hecho ver de un modo diferente todo lo que tiene que ver con mi relación público y artista”.
El bajo perfil con el que él maneja su carrera artística y su figura también toca a su vida política a tal punto que no le gusta hacerse fotos por hacerlas para luego publicitar sus hechos.
Ve como extraño que en el país para algunos medios y hasta para el mismo público es más importante que un artista se compre una hummer a que haya cantado en un escenario importante para el ritmo.
“Eso es impresionante lo que estamos viviendo, si yo trabajo mucho, pues puedo tener dinero para comprarme un avión si quiero, es decir que eso no debe ser extraño para nadie”.
No está de acuerdo con los que opinan de que el merengue criollo esté viejo y estancado porque está sostenido por intérpretes que que lo señalan como “abuelitos”, lo que le da la oportunidad de responder a quienes han pensado en semejante teoría de que “los ritmos no envejecen, sino sus intérpretes”. Sergio que al parecer se ofendió cuando escuchó la palabra “abuelito”, considera que si aprueba esa afirmación entonces; “se tiene que retirar Celine Dion que tiene muchos años en esto, y sin embargo, sigue haciendo un show en Las Vegas, que escasean las boletas y tiene todo el tiempo del mundo en cartelera, o por ejemplo se debería retirar Charles Aznavour o Rubén Blades, eso no es verdad”. Reitera que los ritmos no envejecen porque sus intérpretes tengan tantos años cantando.
Para el artista que pisó Altos de Chavón con un solo tema pegado “La quiero a morir”, la industria del entretenimiento ha sido sostenida por “nosotros los merengueros más viejos y después nos quieren mandar para el carajo”.
Sergio que llegó con su orquesta en el 1986 aprovecha para evaluar su historia musical la que considera pudo ser mejor. “Debo hacerle un gran reconocimiento a Manuel Tejada, que ha sido un gran artífice y ha hecho grandes aportes a la música dominicana así como Juan Valdes. Reconozco en los arreglistas y compositores que son ellos los verdaderos héroes de la música dominicana”, sostiene.